Vamos con la masa
Precalentamos el horno a 200º con calor arriba y abajo pero sin ventilador o aire circular.
Engrasamos bien con aceite Koipe Postres un molde de unos 20 cm de diámetro y 8 cm de alto. Después enharinamos sin dejar ningún trozo libre y colocamos sobre papel vegetal tapando el fondo.
Ponemos a hervir un poco de agua en un cazo. Cuando esté a punto de hervir, apagamos el fuego y colocamos un bol encima para preparar la masa.
Separamos las yemas de las claras de todos los huevos.
Mezclamos el queso crema y el aceite Koipe Postres, dejando que se ablande ligeramente con el calor. Batimos hasta conseguir una crema homogénea. Añadimos la mitad del azúcar (70 gr), las yemas y la leche, batiendo sin parar. Agregamos una pizca de sal y la ralladura del limón. Retiramos el cazo de agua caliente.
Tamizamos la harina.
Montamos las claras hasta que quede una textura muy esponjosa. Añadimos el zumo de limón. Batimos de nuevo y añadimos el resto del azúcar, batiendo hasta montarlo de manera que al levantar las varillas se forma un pico de merengue pero cae hacia hacia un lado.
Agregamos la harina tamizada a la masa de queso, yemas y azúcar. Mezclamos bien.
Añadimos las claras montadas a la masa y mezclamos con una varilla hasta que la mezcla quede homogénea.
Vertemos en el molde la masa, dejando al menos 1,5 cm de espacio libre por arriba para que crezca.
Al horno
En un recipiente de horno un poco más grande que el molde, colocamos un trapo en el centro. Ponemos el molde encima, con cuidado de que no le entre agua, y vertemos en la fuente agua caliente hasta un tercio de la altura del molde.
Ponemos el recipiente con el molde en la altura más baja del horno y calentamos al baño maría a 200 ºC durante 18 minutos. Después bajamos a 160 ºC durante 15 minutos y luego apagar completamente el horno.
Dejamos pasar una media hora con el pastel dentro y finalmente abrimos la puerta del horno para que se enfríe poco a poco.
Desmoldamos dándole la vuelta sobre un plato cubierto con papel vegetal.
